Luego de que las cuatro finalistas quedaran a expensas de la votación popular, cualquier cosa podría pasar y a punto estuvo de ocurrir el mismo problema del año pasado: una reina latina que no domina el español. Me refiero a la mejicana Setareh Khatibi. Durante la gala final se pudo comprobar que aun presenta problemas con nuestro idioma como los presentó y los presenta aun, la anterior reina Nastassja Bolivar.
Khatibi, quien por un estrecho margen de los votos quedó relegada al segundo lugar, fue superada por Vanessa, una de las que realmente se lo merecía. Sin embargo, otra que debió estar entre las dos finalistas, Karol Scott, tuvo que conformarse con un tercer lugar de acuerdo a la votación recibida.
La diferencia que determinó el triunfo de la de Puerto Rico fue de solo un cuatro por ciento de la votación.
O sea, que bien pudo Setareh haber sido la reina, estuvo muy cerca. Y esto realmente no hubiera sido lo justo, pues a simple vista, no reunía mejores condiciones que Vanessa, ni que Karol, ni que otras que previamente fueron eliminadas.
Vuelvo a reiterar que sería necesario adoptar nuevas reglas para que al final no sea el público quien determine quién sea la reina cada año en estos certámenes.
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